2009/01/16

ÑAKANTADUA




EL PRIMER MUERTO
" Ñapiríkuli, después del juego de la pelota, regresó a su casa en Waitjipan, un cerro a orillas del Guainía.
Allí encontró una mujer con su hijo, al que llamó no muriera nunca. Ñapirikuli no sabía todavía como iba a quedar el hombre, pero esperaba que éste nunca muriera, quería que la humanidad fuera eterna. Tenía planeado que cuando el hombre llegara a cierta edad avanzada, entonces debía meterse tres días en una pieza, en memoria del seso, de la voz y del pensamiento, los tres principios de la existencia humana. De allí saldría como nuevo. La pieza ya la había preparado Ñapirikuli en su casa, en Waitjipan.
Entonces Kuwai murió".
Filintro, Rojas. Ciencias naturales en la mitología, Compilador: Francisco Ortiz, ed. Bogotá: editorial Fondo Amazónico, 1997. (Mitología Curripaco)





LOS ENCANTOS DEL ESPACIO
"…En Itapalikua murió uno de ellos, el corronchito. Ñapiriku entonces se puso muy triste, él no quería que la muerte entrara al mundo. Lo enterró tres días y al cuarto lo sacó y lo dejó parado sobre un balai.
En memória de esto, los dioses le pusieron de pié en Jekuapi, para que el corronchito reviviera y no entrara la muerte al mundo. Dejó al lado del corronchito el recipiente con pintura para que los que vinieran a visitarlo lo pintaran pero explicó a todos que había que pintarlo de abajo para arriba, no al revés. Un día Amaru, vino a visitar a su sobrino y lo pintó, pero de arriba hacía abajo, luego lloró sobre él, y en ese instante se desplomó quedando solo huesos y polvo.
Cuando Ñapiriku regresó, llamó al corronchito, pero éste no contestó. Se asomó por un hueco y vio los huesos en el balai, entonces abrió la puerta y entró. Sacó el tabaco y sopló pero no revivió al cadáver. Sopló otra vez y hasta una tercera, pero el corronchito seguía muerto sobre el balai.
Ñapiríkuli dijo:
-Por culpa de su tía entró la muerte al mundo, le haré una sepultura- y diciendo esto comenzó a llorar."

Filintro, Rojas. Ciencias naturales en la mitología, Compilador: Francisco Ortiz, ed. Bogotá: editorial Fondo Amazónico, 1997. (Mitología Curripaco)









EL BAILE DE LAS AVES
"El nacido del hueso Ñapirikuli, había dejado ya cada cosa de la tierra en su lugar, animales, aves, palos, piedras… Ya los seres vivos estaban amañados en su sitio, e incluso, a veces, se hablaban entre sí.
Las aves vivían en el oriente, Limutili nisre.
Cada año celebraban una fiesta, al principiar el verano, al occidente. Allá sola, vivía la madre de ellos que se llamaba Ñakandadua, mujer espíritu. Ella era muy poderosa: todos los años por ejemplo, convertía las conchas de pepas de umari, de yuco y las pepas de cucurito en mujeres hermosas.
La tribu Aalinai la del garzón o gaván, Aali, era la de las aves mayores, así que era ella la encargada de, al venir de oriente, recoger a las demás tribus del aire: los gavanes, las garzas, las cotúas… El hombre ya existía, y como tenía que defenderse de tantos animales, que eran encantos y siempre lo perseguían, Ñapirikuli lo ayudó y lo convirtió en yátaro, chajoco o piapoco… el mismo tucán. El hombre desde entonces, se llamó también Yaateferi, abuelo de los tucanes."
Filintro, Rojas. Ciencias naturales en la mitología, Compilador: Francisco Ortiz, ed. Bogotá: editorial Fondo Amazónico, 1997. (Mitología Curripaco)








Ñakantadua
o el hilo
de Ariadna
Francisco Cabanzo, 2002
[1].

Ñakantadua o el hilo de Ariadna es una instalación escultórica formada por varias piezas mediante las cuales se subvierte la lectura occidental del arte trascendental latinoamericano.

La primera pieza Nakantadua es una escultura modelada bajo los cánones de la tradición estilista neoclásica del Noucentisme catalán. Su lectura estética es subvertida mediante la superposición de la pintura corporal de carácter ritual. Esa pintura está compuesta por dibujos “geométricos abstractos” superpuestos al cuerpo representado en forma “naturalista”. En un unoiverso de sentido de tipo mitológico-ritual (cultura curripaco-warekena (territorio Colombo-venezolano), los dibujos, patrones geométricos, son fruto de las visiones fosfénicas alucinatorias y están directamente ligados a la idea de inmortalidad y fertilidad. En una lectura nativa esos dibujos constituyen no un adorno de la piel de ese cuerpo, sino su mismÍsima alma. Además en la pieza aparecen dos figuras animales, un tucan y un mico león que reconocerán en los mitos que se transcriben más adelante. Ambos animalillos en una lectura noucentista o bien serían unas alegorías o al máximo unos elementos decorativos secundarios de tipo exótico. En verdad, y de nuevo en un mundo mitológico-mágico esos seres muestran la metamorfósis del hombre que transmuta, transita en los cuerpos de animales de la selva encarnando sus almas y virtudes perceptuales. El tucán es el primer hombre convertido en tal por la diosa Nakantadua o diosa de las aves del mito Curripaco, (según la narración del indígena Filintro Rojas).


Las piezas que componen esta instalación han sido presentadas separadamente o juntas en varias exposiciones: Tarragona (3 piezas).

[2], en Bruselas, Badalona y Barcelona (segunda y tercera piezas)[3] y en Roma (tercera pieza)[4] .

EL LABERINTO DE LA PIEL
El arquetipo del laberinto


No es común recurrir a las transferencias intermodales de lenguaje, entre arte y ciencia, como formas objetivas y subjetivas de conocimiento cuando se trata de un trabajo de investigación "científica". Aprovecharemos las transferencias de lneguaje pero también aprovecharemos el juego de los dislocamientos yendo y viniendo de América a Europa para reflexionar acerca de la estética, el pensamiento, el territorio y la historia ibero-americana. El propósito es identificar algunos puntos de contacto, las ambigüedades y las distancias, quinientos años después del desencuentro y a las puertas de la globalización.

Partiendo de un simple ejercicio académico[5], y a forma de provocación, se construyó la escultura figurativa situada en el vestíbulo, Nakantadua. Allí se expresan los conflictos entre los imaginarios de tradición clásica americana y europea, aprovechando para abordar el problema de los cánones como espacio del dominio simbólico, conquistado para ejercer el poder de las formas pertenecientes a la tradición judeo-cristiana y greco-romana. De hecho, por medio de los patrones estilísticos clásicos aún presentes en la academia española y en Latinoamérica, se perpetua un modelo de lectura del cuerpo y el ser, de la vida y la muerte, del mundo del mas allá y el mundo humano.

El discurso dominante en la lectura estética occidental supone, desde el ideal griego, la preeminencia del cuerpo humano representación del cuerpo divino, mientras en la tradición de la mitología americana, esta preeminencia de divinidad se le atribuye a los animales. Tal es el caso de la mitología Curripaco[6].
De esta forma, en la obra Ñakantadua la diosa humanizada, como figura antropomorfa, asumiría el papel central. Sin embargo, si se busca al dios hecho humano: la metamorfosis, habría que mirar la figura secundaria, el tucán. Subvirtiendo los ordenes, el tucán no es un atributo de la figura central (alegoría), el animal no es representación ni atributo, es una mutación, es un ser que en el momento descrito se manifiesta en la forma animal y puede que mañana como ser mutante se aparezca en la forma del ser humano.

Esta metamorfosis no es un estado ideal e imaginario, es un hecho cotidiano donde cambiando constantemente de forma, en los trances, mediante los viajes en un sentido y otro del mundo de los espíritus al mundo de los humanos se teje la realidad. Algo que los estudiosos de nuestros imaginarios desde fuera y despreciando esta posibilidad de simultaneidad llaman realismo fantástico encarcelándolo en un espacio literario.
A través de una figura secundaria se realiza una subversión de ordenes de tipo sincrético en la que el ojo eurocéntrico lee una cosa mientras el ojo Curripaco leería otra, siempre en el mismo objeto.

Pero aún hay mas, Nakantadua no es el elemento central del mito, como cuerpo humano, sino la pintura corporal de la policromía que la viste. Este dibujo no es una decoración, ni es secundario tal y como se leería de nuevo con el ojo occidental. En el arte indígena del mito Curripaco el arte del cuerpo es la piel del inmortal, ya que es en el lenguaje abstracto-geométrico, efímero y laberíntico de sus formas, que se expresa el arte de lo eterno.

El arte del cuerpo trasciende lo efímero como gesto justamente en la práctica del rito que lo multiplica como un eco en el espacio y el tiempo. Así ya lo planteaba la artista cubana Ana Mendieta en los años ochenta. Solo que el arte efímero no podría ser entonces desvinculado de su contexto, ni del rito y del mito que representa. En esta forma de arte ritual repetido sin repetirse jamás se desarrolla una estrategia comunicativa particular. Una estrategia en la que el significado simbólico perdura mas allá de la durabilidad del material y de la piel donde se aplica, ya que el rito el gesto es crucial porque siendo practicado una y otra vez por las mujeres, en forma cotidiana, se propaga y se perpetúa. El rito como memoria, el rito como arte que supera el tiempo atravesándolo, una estética que continúa afirmando hoy quinientos años después la idea de inmortalidad de quien viste esta segunda piel dibujada. Desde esta condición de autor de paisajes, objetos o formas el artista es constructor de elementos simbólicos, haciendo consciente la condición poética de establecer objetos vínculo entre el mundo material y al mundo simbólico o espiritual (según la cosmología). A él cabe como ser cultural y no como especialista la capacidad de petrificar, de dar cuerpo formal al sistema de valores del sistema cosmológico (o sistemas) en el que habita y transcurre su existencia: en el ordenador, en el espacio, en la piedra el bronce, en su cuerpo o en el ave que mira pasar.

Su capacidad comunicativa no reside en el dominio de las formas, sino en la capacidad de maniobrar principios estéticos y morales o políticos que permitan a sus representaciones ser creíbles y significativas en un determinado contexto historico-espacial. No se puede olvidar que en América no se dan contextos homogéneos, ni en las formas ni en los sistemas de valores. Estos sistemas en América se entrelazan, se contraen y confrontan, se mezclan y yuxtaponen renovando sus formas y adaptando sus valores constantemente cristalizados y diluidos. En Europa es más común la secuencia histórica, la suplantación y la sedimentación histórica como lectura evolucionista y positivista de los valores y las culturas aunque existan fugas por todos lados…
Desde la tradición figurativa en la escultura occidental la aceptación del hecho mítico y del personaje mítico en cuanto verosímil, se plantea justamente ejerciendo una fuerte tensión hacia las tecnologías que representan la realidad acercándola a los sentidos y asumiendo la categoría de lo real como perceptible. Pero esta fuerte tensión entre corriente principal y tecnología de punto logra preñar los objetos estéticos de un valor altísimo en occidente, la cientificidad y el alto valor agregado que ello supone a la materia como valor de cambio y producción.

Valdría la pena ahondar en el curso que sigue la tendencia que lleva a occidente a desarrollar tecnologías de punta (hightech) ligadas al arte. Mediante ellas se acentúa esta condición de símbolo de poder y de cosmología dominante. A través de ella occidente está construyendo un nuevo espacio mitológico preñado de símbolos, deseos y dioses del placer y la verdad, la realidad virtual el cual esta íntimamente ligado a los procesos de homogenización y globalización. Pero el sincretismo es de ida y vuelta.

Profundizando las lecturas de sentido de aquí para allá y de allá para acá, en oposición al acto de desear hallar el hilo de Ariadna para salir del laberinto, está escultura de Ñakantadua plantea la ecuación contraria asimilando el dibujo sobre la piel al camino del laberinto. La inversión de sentido reside en que para las culturas chamánicas el trance, la posesión, el viaje son un hecho cotidiano, donde la búsqueda se da justamente desde el cuerpo (y no a pesar de él) como camino para llegar al corazón del laberinto.

El hilo es la inmortalidad (la metamorfosis), y la inmortalidad en Latinoamérica se logra por medio de las plantas de poder, Ariadna sería el chaman que acompaña y guía el viajero como en el viaje a las profundidades de Dante.
Pero olvidaba recalcar que la diosa Curripaco resulta como subversión de cánones un disparate, al aparecer dentro de los cánones de una diosa griega, lejana al lenguaje del arte que en su contexto la representaría de forma muy diversa. Resulta un disparate, pero no por el aspecto formal sino por la subversión de valores que plantea. Desde éste punto de vista sus formas corresponden a tiempos y contextos históricos específicos de tradición clásica greco-romana, tal y como se plantea en la escuela de escultura Noucentista
[7]. Es un anacronismo, el noucentismo y lo sería también la diosa Ñakantadua, anacronismo porque el mito que se representa aquí en Europa no tiene sentido, porque aquí ya nadie cree en diosas y mucho menos de mitos americanos, ni en la corriente principal ni en la estética dominante.

Todo retoma su sentido si se admite éste juego de formas y significados dentro de una lectura sincrética donde mitos contemporáneos de América colonizan estatuas clásicas desventradas de significación trascendental en un proceso de resignificación y subversión formal.

En Europa (y en la América Occidental) las diosas del imaginario son estrellas de cine o héroinas de guerreras digitales. Aunque las diosas del celuloide, o cd-rom, son también virtuales, la tecnología que hace virtual pero perceptible a Nakantadua aquí ya no existe. La tecnología del trance fue desterrada desde los tiempos de Baco, la cábala y la alquimia, además es ilegal o primitiva[8]. Porque aquí los lugares de trance y sueño tolerados no son los que conoce Nakantadua sino, Hollywood (el bosque sagrado) o Internet (entre-redes).

Pero cabe subrayar que hablar de diosas de Internet a millones de personas en Latinoamérica como decir en Europa que Nakantadua viaja por la pinta del taita y es visible en las tomas de plantas de poder o de saber, resulta ser un disparate pero al revés. No por anacronismo sino por exacronismo, allí en Latinoamérica no ha llegado y tal vez nunca llegará el tiempo cibernético y por ello resultan tan poco creíbles sus imaginarios de la misma manera que resultan desatinados los suyos acá del otro lado del océano.

El indígena Filintro Rojas en su mito Curripaco, desde mi interpretación nos insta a pensar que la llegada de la muerte en el mundo nos recuerda el mundo caído de Ovidio en sus Metamorfosis de la tradición clásica. Por ello pensando la muerte como olvido no es solo un problema de cánones sino de satanizar o declarar obsoletos (primitivos, tradicionales, populares) aparatos tecnológicos que permitan perpetuar las lecturas y los sistemas cognitivos que las engendran.

Ñakantadua tiene que vestirse con los cánones clásicos para poder ser en Occidente y ser vista, si no, ni es diosa, ni es bella, ni es verdad (en la academia), pero la cuestión no para allí. Para hacerla vigente y vestirla de vanguardia el mito debe asumir lenguajes mas contemporáneos que además le son mas próximos como instalación, happening, body painting.

Si se habla del laberinto como red de saberes y caminos con el mundo simbólico y de territorios del mas allá estaríamos hablando de autopistas, de redes informáticas y de websites y paginas o puertos electrónicos del territorio laberíntico occidental y de la nueva simbología y el nuevo lenguaje fantástico que puebla su mundo "real".

[1] Ponencia presentada en el congreso IV Congreso de América Latina: América sumando visiones frente al nuevo milenio. Universitat Rovira i Virgili, Dept. Historia i Geografia, Tarragona, paralelamente a la exposición Fet Aquí, en el Museo de Hisotria de Tarragona, Curaduría de Antonio Salcedo),
[2] 2000, Tarragona Museo de Historia. FET AQUÍ, Exposición colectiva de arte latinoamericano, Tarragona. Centre Cultural Torremena, Figuracions Al Mileni Exposición colectiva. Badalona.
[3] 2002, BOA Brussels Office for Architecture. Sensitivecity, Bonet Sandra / De Cordoba Jaime / Cabanzo Francisco, POCS-SALA MIRALL, Video instalación apertura de la sala, Barcelona, España. Centre Cultural Torremena, Figuracions Al Mileni Exposición colectiva. Badalona.
[4] 2001, Asociazione Il sole e la Luna, video-instalación, escenografía.
[5] Ejercicio de modelado desarrollado dentro del curso (Presencia de la realitat, la tradició clasica, Prof Josep Salvadó i Jassans, Doctorat Art i pensament, Universitat de Barcelona). Durante el curso y de forma inductiva se plantea la reproducción de la realidad en la persona del modelo. Esta posición los noucentistas de la escultura catalana recuperan el hiperealismo de la tradición clásica como reacción al modernismo. Así en un juego de formas y significados subvertidos, buscando mis raíces caí en el mito Curripaco y no en el griego pero tratando de conservar los elementos formales que el noucentismo considera "correctos": proporción, postura, alegorías, policromía.
[6] Etnia indígena de las llanuras aluviales y sabanas tropicales de la cuenca del río Guainía que habita en una zona situada entre las fronteras de Brasil, Colombia y Venezuela
[7] Escuela estilística de inicios del siglo (siglo XIX) en la que se inscribe la obra del escultor contemporáneo catalán Josep Salvadó i Jassans
[8] El PAIS, abril 8 del 2000 pg. 31."El uso ritual del alucinógeno ´daime´ ya fue detectado en Ibiza en 1997. El uso ceremonial del alucinógeno conocido como ayahuasca o Santo Daime, el utilizado por los siete detenidos el pasado miércoles en Madrid bajo la sospecha de formar parte de una secta, ya fue detectado en Ibiza en junio de 1977…"

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